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Cómo aprender a esperar con paciencia

Foto de Edu Grande en Unsplash

En la vida hay un momento para todo. Por tanto, debemos aprender a esperar pacientemente hasta que llegue el momento adecuado para lo que se quiere. No siempre será fácil, nos va a costar lograrlo. Por tanto, no despreciemos lo que nos cuesta, todo aquello que con esfuerzo, empeño y dedicación alcanzamos. 

Recuerda que lo que no cuesta no sé valora y lo que fácil llega, fácil se pierde y fácil se va. Así que no te lamentes por lo duro del proceso y todo lo que te está costando poder llegar. Verás que, a la larga, habrá valido la pena.

Disfrutemos el proceso, vayamos poco a poco sin saltarnos ninguna etapa; pues cada etapa en él camino nos mutre con valiosas enseñanzas que nadie nos podrá arrebatar. Será un aprendizaje para la vida. Y lo que hayamos aprendido nos capacitará para la siguiente temporada.

Por eso creo que hoy es un buen día para cambiar de perspectiva, para mirar las cosas desde otro ángulo y panorama. Hoy es un buen día para entender que no debemos desperdiciar nuestras energías tratando de obtener cosas antes de que estemos listos para tenerlas, antes de que nos hayamos ganado el derecho a recibirlas. Recordemos qué todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. (Eclesiastés 3:1-15)

Creo que una de las grandes lecciones que en esta vida tenemos que «aprender» con carácter de urgencia, es cómo esperar con pacienciaLa paciencia es una virtud que se adquiere y perfecciona con el tiempo. Lamentablemente, muchas veces no somos conscientes de lo importantísimo que esto en nuestra vida; no es hasta que nos encontramos en un momento de desesperación o dificultad para comprenderlo. 

Es justamente bajo presión que nos desesperamos, y cuando estamos desesperados solemos cometer muchos errores. Terminamos haciendo o diciendo algo de lo que luego nos arrepentimos, y todo por no tener paciencia. La paciencia siempre nos va a ayudar a que podamos vivir en paz, tranquilos, disfrutando de esas pequeñas cosas que hermosamente nos hacen del día. 

Cuando somos influenciados por la paciencia, podremos pensar con claridad, podremos meditar más profundamente en nuestras decisiones, para que podamos minimizar todo grado de error. Pero tranquilos, mis artiz pincelados; que afortunadamente para los que como yo no han adquirido del todo ese “fruto del Espíritu”, sepan que la paciencia puede desarrollarse en nosotros con un poco de práctica y tiempo.

La paciencia es la virtud que le caracteriza a quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades de la vida con valentía, fortaleza y sin lamentarse. Es a través de los problemas que aprendemos a desarrollar la paciencia, pero esto es poco a poco, es un proceso. Pero una vez alcanzas paciencia sabrás cómo esperar con calma a que las cosas simplemente sucedan.

Debemos entender que toda nuestra vida es una constante y continua preparación para que venga a nosotros algo mejor de lo que ayer fue; y esto sólo sucederá cuando nos hayamos ganado el derecho a ello, es decir, el derecho de poder recibir algo mejor. 

Algo mejor viene de camino para cada uno de nosotros, yo lo creo y bajo esa convicción me muevo... creyendo qué Dios tiene un plan para nuestras vidas y qué ese plan funcionará en nosotros conforme estemos dispuestos y prestos para que funcione en la plenitud del tiempo.

Creo que después de leer esto, cambiarás de pensar y dejarás de ser impaciente... o al menos, intentarás no serlo tanto. Eso también es algo, es un comienzo; y lo importante es poder comenzar a generar los cambios que en nuestras vidas necesitamos generar.

  1. Acepta que cada cosa lleva su tiempo. Debes tratar de practicar la aceptación y aprender a disfrutar del día a día sin pensar tanto en los problemas o en aquello que tanto esperas. Recuerda que por más que desees que llegue primavera, no llegará antes por mucho que lo anheles o pienses en ello. Es tiempo de empezar aceptar que las cosas no siempre pasan cuando deseamos. Recuerda que sí nos pasamos el día pensando en aquello que anhelamos que ocurra, llegará un momento en el que toda nuestra vida la habremos pasado “esperando” ansiosos y desanimados, en lugar de haber disfrutado cada momento. Por favor, n conviertas lo que tanto deseas en una “espera infinita”, aprovecha ese tiempo para disfrutar de las cosas que te gustan, para aprender cosas nuevas, para vivir…
  2. Olvídate de los “y si…”. Recuerda que cada día trae su propio afán. Debes aprender a motivarte por lo que estás haciendo en este momento. Que las cosas del hoy sean las que tengan tú atención, tan sólo vive con carácter tú presente. Nada ganas con preocuparte por el futuro, al hacerlo sólo conseguirás desesperarte pues el futuro es incierto, por más que intentamos prepararnos para el futuro haciendo planes, a la larga no sabemos con certeza qué será. Así qué, tómalo con calma, una cosa a la vez, enfócate con carácter y responsabilidad en el hoy, y suelta la preocupación, pues quizás lo que hoy tanto te preocupa, mañana no exista. Intenta prepararte mentalmente, de que sólo debes pensar en el presente. Eso te quitará algunas cargas de estrés y preocupación de encima.
  3. Procura pensar de forma racional. Te paso un tips bastante útil para esos momentos en los qué sientes que empiezas a perder la paciencia y a desesperarte, tan sólo tómate unos segundos y hasta minutos sí fuera necesario para relajarte, respira profundamente y tranquilo cómo nos enseñaban cuando éramos niños en la clase de educación física. Busca tu momento zen (sin creencias, solo por decirlo de algún modo que todos puedan comprender), que se trata de buscar ese momento de meditación que te ayude a relajarte y para que, con cabeza fría, aprendas a través de ello a valorar la verdadera esencia de las cosas. Luego de dicha meditación de relajación, intenta analizar con cabeza fría la situación que te causa tal impaciencia; desde un punto de vista racional. Y hazte esta pregunta: ¿Ese asunto verdaderamente merece tanta desesperación? Recuerda que, si no está en tus manos poder cambiar esa situación, desesperarse entonces no tiene ningún sentido. Así que sé racional.
  4. Aprende a esperar. Cuando hablamos de esperar no nos estamos refiriendo al tiempo per se, sino más bien, al hecho de saber conocer las circunstancias por las que atraviesas; conoce a las personas relacionadas a ti y aprende a saber qué esperar de ellas. Recuerda qué cada persona es totalmente diferente, por lo que debes saber y comprender que no puedes esperar lo mismo de todos. Tampoco debemos esperar que ellos reaccionen como lo haríamos nosotros. No podemos pretender correr antes de andar, por mucho que queramos hacerlo. Aprende a esperar con sensatez y sentido común es lo más racional en estos casos.

Esto es sólo una guía de ayuda para reflexionar. Que lo haya escrito no significa que siempre funciona, habrá momentos en los que sí nos funcionará; pero también habrá otros tantos en los qué no funcionará, en los que simplemente todo lo anterior falla… En esos casos, sólo me resta recordarte unas las palabras mágicas… «Tranquilizate y Organízate»“Pues muchas veces creemos que la vida nos dice no, cuando solo quiere decir espera”.

ORACIÓN

Ruego a Dios nos ayude a aprender la lección de saber esperar con paciencia. Ruego para que podamos aprender a no esperar cosas sin que hayamos ganado el derecho de tenerlas. Amén.
For my readers, by Vannez ❤
2022 © VANNEZARTÏZ

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