![]() |
Foto de Fa Barboza en Unsplash |
En todos nosotros hay una conciencia interior que habla de Dios, una voz interior que habla a nuestro corazón. Es una voz que nos habla de manera íntima, personal, en un momento de quietud y meditación. Es como una lámpara a nuestros pies y una luz en nuestro camino.
Podemos extender la mano aún en medio de la oscuridad y, en sentido figurado, tocar la mano de Dios. En lo más profundo de cada hombre, mujer y niño está la idea fundamental de Dios. Si nos detenemos a buscar en lo profundo de nuestro interior, podremos encontrar la esencia de Su verdad incrustada en lo más profundo de nuestro corazón. Y cuando la encontramos, cambia toda nuestra actitud, cambia la forma de ver la vida y avanzar por el mundo.
Detengámonos a escuchar la voz del interior. Y una vez la escuchemos, no hagamos oídos sordos a la urgencia de nuestra conciencia desnuda. Esa voz interior no miente, no nos engaña. Aprendamos a prestarle más atención.
0 Comentarios