El valor y significado de la amistad

Foto de Antonino Visalli en Unsplash

Los amigos no deben ser personas que utilices por interés propio para tu propio placer o beneficio. Los amigos más bien deben ser personas con un trato y cariño mutuo, es decir, que así como ellos te entienden a ti, así también les entiendas tú a ellos. 

La amistad se consolida y se hace fuerte a través de un dar y recibir con lealtad y respeto, revestido de verdad y sinceridad, ante todo, pero con amor y comprensión. El amigo no critica, aconseja; no juzga, más bien enseña. Amigo es aquél que siempre está dispuesto en ayudar, quien cuyos consejos siempre son buenos, pro tu bienestar; es aquél que no teme defenderte aun cuando no estás presente.

Sobran las palabras y faltaría papel para describir lo que es un verdadero amigo, pues son tantas las cualidades que las resumiría en que un verdadero amigo no es más qué aquél que te ama y cuida cómo así mismo. Es como dar por gracia la amistad que esperas recibir.

Esto siempre debe ser de doble vía, nunca debe ir un lado más inclinado qué el otro, es decir, uno dando más por la amistad que la otra persona; porque a la larga eso destruye y lastima al que dio más en esa relación de amistad, haciendo que dicha amistad termine con dolor, y muchas veces, hasta con resentimiento y raíz de amargura.

Por eso, es mejor terminar a tiempo una amistad, distanciándote; si notas que esa amistad no es algo sano para ti, entonces aléjate. Recuerda qué tú salud mental y emocional son prioridad, no estás obligado (a), a estar con una amistad que te desgasta y no te suma como persona. Es mejor reconocer las cosas a tiempo y soltar para sobre guardar tú paz, que alargar una amistad desigual y tóxica.

La amistad trata de algo mutuo, dónde yo puedo ayudar a mi amigo y mi amigo me ayuda a mí con el mismo amor, disposición y empeño que lo hice yo. Ambos debemos valorarnos, respetarnos, ayudarnos, aconsejarnos, escucharnos, perdonarnos si fallamos porque seguíamos siendo humanos imperfectos. Ser sinceros y pedir perdón si es necesario, es vital para una buena y saludable amistad que nos ayuda a vivir una vida mejor en armonía y koinonia. 

Y como esto es un dar y recibir, he aprendido a no contenerme esperando que mi amigo sea siempre él que dé el primer paso para venir hacia mí, yo también doy él paso para ir hacia él y a la mitad del camino encontrarnos libremente con gozo y alegría. Esto es algo de equidad y reciprocidad.

Verás que cuando entiendas esto, la amistad comenzará a tener para ti un nuevo valor y significado. Aprenderás que no a todos le puedes llamar amigo. Esa es una palabra especial para gente tan especial como tú. ¡¡¡Por favor, no le quites su valor!!!